Disfrutando las breves delicias del presente...
Tu carcajada recorre todo espacio
y se convierte en cuerpo alegre,
en sutil vapor que incendia mis sentidos,
mis ganas de ti,
mi apetito siempre insatisfecho...
jueves, 18 de agosto de 2011
viernes, 12 de agosto de 2011
Síntomas de una nueva crisis político-religiosa (1)
Las atrocidades que tuvieron lugar durante las guerras europeas de la primera mitad del siglo XX hicieron resurgir la necesidad de un sentimiento religioso. Las guerras recientes, aunque ya no muestran los rasgos apocalípticos que mostraron las guerras de la primera mitad del siglo XX, se han convertido en el síntoma inequívoco de una creciente necesidad de imponer una vida comunitaria fundada en la idea de un «estado de derecho» que no quiere saber nada sobre la justicia ni la comunidad. El orden de la ciudad, en esta perversa utopía ilustrada, es el «ideal regulador» con el que se ha intentado sujetar a toda comunidad humana y a todos los individuos, pese a sus múltiples e insalvables diferencias culturales, al engañoso proyecto de una «sociedad universal». Muchos individuos —incluso comunidades enteras— han tenido que vivir en un permanente estado de guerra en las últimas décadas, sin importar la paulatina democratización del mundo y los espectaculares esfuerzos internacionales a favor del “desarme nuclear” y la “paz mundial”. Al menos eso es lo que testimonia la historia reciente. No creo, sin embargo, que esta penosa situación sólo sea el signo de la crisis política que han estado sufriendo las sociedades contemporáneas; también es el signo de una creciente y poco comprendida crisis espiritual de la humanidad en su conjunto. Esto ya lo apuntaba Eugenio Trías en su ensayo «Pensar la religión», así que parece pertinente tomar su invitación a pensar la religión como una hipótesis de trabajo bastante viable, ya que con tan sólo imaginar que detrás de la crisis espiritual de lo político se oculta una crisis religiosa, se hace comprensible la paradojica importancia que ha ido adquiriendo el juego de las religiones en nuestras complejas y cada vez más incomprensible sociedades.
Un sueño de tarde gris
¡Qué hermoso sueño...!
En esta tarde gris,
sobre mi pecho,
su mano inventa
mil monstruos y héroes...
También inventa
las batallas épicas
que atormentarán la ciudad
En esta tarde gris,
sobre mi pecho,
su mano inventa
mil monstruos y héroes...
También inventa
las batallas épicas
que atormentarán la ciudad
y deja correr los rumores
que convertirán en leyendas
las historias que su mano inventó
que convertirán en leyendas
las historias que su mano inventó
un día gris,
sobre mi pecho,
mientras yo soñaba con ella...
su hermoso sueño.
sobre mi pecho,
mientras yo soñaba con ella...
su hermoso sueño.
Destrozos
La tormenta ha terminado ya
y nos ha dejado en herencia
y nos ha dejado en herencia
sus destrozos,
pequeñas gotitas escurriendo lentamente
pequeñas gotitas escurriendo lentamente
en el ventanal de tu cuarto,
dos sueños compartidos
en medio del susto y el aburrimiento,
y un montón de granizo
y un montón de granizo
que no termina de derretirse
debajo de las hojas.
La tormenta ha terminado ya
La tormenta ha terminado ya
y nos ha dejado en herencia
sus destrozos...
Silencio I
Entre tú y yo
un silencio es el hogar
un silencio es el hogar
de la más excitante inquietud amorosa...
No hay forma de saber
que fantasmas reclamarán su derecho de existir,
entre tú y yo,
desde el silencio...
Pero con toda seguridad
habitaré esos silencios,
nuestros silencios,
sin esperarte
nuestros silencios,
sin esperarte
y sin memoria
de la pequeña tormenta
que detonó todo
entre tú y yo...
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